José Antonio Donaire |
Acabo de rebre un article interessantíssim que fa una reflexió molt lúcida i serena d'això que anomenem "el procés". Llàstima que no el llegiran aquells a qui va adreçat, o si ho fan, serà per comprovar com n'ha estat de miop -per no dir cega- la seva mirada sobre l'independentisme català. O per continuar rumiant com una vaca que mira amb ulls ben oberts -i sense moure's- com ve el tren de cara (la imatge, esplèndida, l'he manllevada del mateix article que us comento) He comprovat, a més, que el seu autor, José Antonio Donaire, és un professor de la Universitat de Girona, especialitzat en turisme, un tema per al qual gasta també una anàlisi que sorprèn. Comproveu-ho aquí.
En fi, que ja m'estranyava que tanta lucidesa no vingués d'algú que -més enllà de les seves filiacions polítiques o ideològiques, és del PSC- viu aquí i, per tant, no beu de les mentides interessades que s'expliquen sobre Catalunya, Ebre enllà. Si doneu un cop d'ull a les respostes que el seu article ha suscitat (al blog De bat a bat. No pensis en un elefant) podreu veure com n'ha estat de ben valorada la seva visió. Al blog trobareu també d'altres articles molt interessants sobre aquest i altres temes. He trobat divertidíssim i molt enginyós una cosa que ell anomena onoplàstiques. Val la pena veure-ho.
L'article l'he rebut de mans d'un col·lectiu que signa sota les noms de Victor i Clara (que vaig comentar ja en aquest blog) i que s'està dedicant a recollir els diferents relats que la proposta pel dret a decidir va provocant per la xarxa. Aquí el teniu:
Amics de reflexió,
Una anàlisi d’actualitat de Jose Antonio Donaire, ex-diputat socialista al Parlament (i no
independentista) del 2 de gener 2014.
Que tinguem sort
Victor
10 claves sobre Cataluña
Esto se acabó. La sensación desde dentro es que la independencia es
irreversible. Lo digo sin vítores ni lamentos, porque no me creo la arcadia de
los independentistas ni la apocalipsis de los unionistas. ¿Cómo hemos llegado a
este punto de no retorno?. Como siempre, es la suma de muchos factores, una
alineación astral que hasta no hace mucho parecía imposible. Me sorprende la
miopía de la mirada "desde fuera" y la curiosa pasividad del
Gobierno, como una vaca que mira con sus ojos grandes como se acerca el tren.
Éstos son algunos apuntes al natural.
1. Hace unos años, los independentistas dudaban y los unionistas no. Los
primeros soñaban un escenario que veían improbable (e incluso impracticable) y
los segundos estaban instalados en la seguridad y la certeza que su vía era la
única posible. Hoy los independentistas no dudan y los unionistas vacilan.
Hasta el más acérrimo defensor del status quo sospecha que las cosas no pueden
mantenerse como hasta ahora.
2. El independentismo ha atraído la inteligencia del país. Los profesores
universitarios, los economistas, los periodistas, las profesiones liberales,
las clases medias urbanas son abiertamente independentistas. No es un reducto
friki, sino un think tank que elabora escenarios, proyectos, argumentos. Que
fabrica ideas. De hecho, la mayor parte del talento catalán es partidario de la
independencia.
3. Contrariamente a la visión externa, el proceso ha sido claramente bottom
- up. No es un plan urdido en el Palau de la Generalitat, sino un movimiento
ciudadano que ha eclosionado después de un estado latente. Una parte muy
importante de la sociedad se ha organizado, ha trabajado y ha forzado al
Gobierno a dar un paso que no deseaba dar. No es la apuesta de unos partidos,
sino de una sociedad.
4. El independentismo ha usado las redes sociales de forma muy hábil.
Ocupan la red de forma natural, crean vínculos muy tupidos, densas conexiones
de intereses comunes y comparten virales, argumentarios y críticas. Creo que la
independencia es un proceso esencialmente 2.0, porque esta lógica bottom - up
sería mucho más complicada sin una estructura en red. Los trending topic, los
hashtag que triunfan y los vídeos virales son siempre independentistas. De
hecho, la principal sorpresa es el absoluto silencio de la otra orilla, el
vacío en la red del no.
5. El catalanismo es un proceso transversal. Campesinos, clases medias,
botiguers, personas en paro, Pérez, Pujol, Martínez, Puig, Hassan, radicales
antisistema, neoliberales conservadores, socialdemócratas, democristianos...
Tal vez ésta sea una de las debilidades más evidentes, porque no es posible
articular un proyecto compartido más allá de la proclamación de un nuevo
estado. Pero se ha creado un compromiso tácito de prioridades: Primero, el
estado y luego, todo lo demás.
6. La televisión y la escuela sí han participado en este proceso. Ambas
están alineadas desde hace tiempo en esta dirección. Como todas las escuelas y
todas las televisiones del mundo tienen un relato. Todas las televisiones optan
por una determinada visión ideológica y todas las escuelas deciden unas
opciones y por tanto renuncian a otras. En algunas ocasiones, me ha molestado
un determinado discurso en un programa de radio pública o podría poner alguna
enmienda a un texto puntual de un libro escolar de historia.
Pero son notas a pie de página. Es absurdo considerar que hemos llegado a
este punto porque ha habido un lavado de cerebro colectivo. Y no solo porque la
cuota de pantalla de TV3 no llega al 20%. Si esta hipótesis fuese cierta, los
40 años de manipulación fascista habrían borrado cualquier rastro de
catalanidad.
7. Una parte de los independentistas aceptan la versión del Dorado: Todo va
a ir bien después del 9 de noviembre. Pero la mayoría de ellos son conscientes
de los obstáculos. Hasta el más militante admite que habrá una transición
convulsa y no son pocos los que admiten que Cataluña no entrará en la Unión
Europea. Y este escenario no disuade a casi nadie. Lo que creo que se ignora
"desde fuera" es que la mayor parte de los catalanes están dispuestos
a tirar adelante contra viento y marea.
En este juego de póquer entre Gobierno y Govern, el equipo de Rajoy espera
pacientemente que se desmonte el castillo de naipes cuando lleguen las primeras
malas noticias. Ignoran que el porcentaje de catalanes que están dispuestos a
pagar el peaje es inmenso. Tal vez por su práctica en este hábito.
8. El plan B es imposible. La presión de las otras comunidades, la ausencia
de un pacto de estado, el rédito electoral del anti-catalanismo y el coste
electoral del pro-catalanismo hacen inviable la única solución posible, una respuesta
Cameron. No habrá una tercera vía porque el coste electoral de un gesto no
compensa la probabilidad de una secesión según los (creo) equivocados cálculos
de Madrid. "No hagamos nada porque al final no pasará nada".
9. España es una marca quemada. Es la Power Balance, el Windows, el
Monsanto, el Lehman Brothers, el dentista que recomienda chicle con azúcar, el
relaxing café con leche y el "Ma-to" de Belén Esteban. España no
seduce a los españoles, no es una marca paraguas de futuros y de iniciativas. Y
no hay un proyecto alternativo de España al que aferrarse, y ya es vista más
como un lastre que como una ilusión.
10. Soy muy malo haciendo predicciones. Y casi siempre me equivoco. Pero no
veo el más mínimo síntoma de alteración de una crónica anunciada: Consulta
prohibida - elecciones plebiscitarias - contundente victoria de la coalición
del sí - proclamación unilateral de la independencia. Y sí, el Estado activará
el 155 e inhabilitará al President. Pero la presión internacional y la presión popular
harán insostenible ese escenario. Y mientras el tren se acerca, el Gobierno
mira confiado en medio de la vía, con los ojos como platos y una digestión
rumiante.
Llegados a este punto, tal vez lo
más sensato es asumir el proceso y empezar a gestionar la secesión y el país
resultante, y las necesarias relaciones entre los dos nuevos estados. Tanto
España como Cataluña tendrán entonces mucho trabajo: Decidir qué clase de
futuro quieren construir, conjuntamente y por separado.
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